La Cocina Tecnoemocional. Los sentidos como eje principal

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La Cocina Tecnoemocional es un fenómeno reciente que proviene de los movimientos más innovadores del presente siglo dentro de la gastronomía y los estudios científicos culinarios. En pocos años se ha pasado de comer por necesidad a consumir productos con una estética más trabajada y procesos de elaboración mucho más delicados.

El sabor de los platos sigue siendo lo más importante, pero el estímulo de los sentidos y el gusto por el detalle son las dos tendencias que mejor pueden definir a este fenómeno que hoy día está en crecimiento.

Por otro lado, la conjugación de los dos factores que acabamos de mencionar forman el concepto emocional que da razón a la cocina de los sentidos. Una buena presentación y unos sabores diferentes a los que solemos estar acostumbrados pueden contribuir a desplazar al comensal hacia un estado de ánimo al que previamente ha querido conducir el propio chef.

Por ejemplo, si realizamos un plato con una apariencia dulce, pero en su interior se incorporan matices salados, el consumidor experimentará un estado de sorpresa y de gusto diferente a que si lo que ha comido fuera mucho más predecible.

¿Qué características tiene la cocina de los sentidos?

Los sentidos son lo más importante

Como se ha señalado anteriormente, este tipo de gastronomía se centra en prestar atención a los cinco sentidos, y no solo dándole protagonismo al gusto y al olfato. Durante muchos años se ha pensado que la satisfacción del cliente se limitaba a complacerle a través del sabor y el olor de lo que consume, pero recientemente se ha extendido la idea de que el resto de los sentidos pueden ser decisivos a la hora de disfrutar de un plato. ¿Qué mejor que disfrutar de una experiencia 360º?

No solo se crean platos, se crean momentos

En el pasado, se acudía a un restaurante o a un evento con el objetivo de saciar únicamente las necesidades alimenticias, pero esto ya ha quedado atrás. Con la aparición de fenómenos como el de los brunchs o los afterwork se ha incrementado aún más la idea de que las ofertas gastronómicas deben ser más elaboradas y transmitir emociones.

Cuando una persona decide pasar sus momentos de ocio en un local de restauración determinado, lo hace para comer, pero también para vivir una experiencia diferente junto a sus personas más cercanas. ¿Te imaginas ir a un restaurante tradicional mexicano y que en su carta de platos no cuenten con alimentos tan populares como las enchiladas o los nachos? Esto, seguramente, provocaría una sensación de desánimo para quienes realmente son fans de ese tipo de cocina; algo que es completamente opuesto a lo que la gastronomía tecnoemocional quiere ofrecer.

El producto local como gran aliado

Otro pilar fundamental de la cocina tecnoemocional es el hecho de que se nutre de una forma sustancial de los alimentos de proximidad. Aunque esto no es una ley escrita ni todos los chefs que hacen este tipo de cocina deben cumplirlo, es cierto que usar materias primas que provengan de entornos cercanos le proporciona a los platos una personalidad y unos matices que no se pueden obtener utilizando otros productos más industriales o modificados genéticamente.

Por otro lado, un comensal con un paladar muy exquisito o con una especial sensibilidad con el medioambiente siempre valorará positivamente que los productos que se hayan utilizado para crear su menú sean de cercanía y con escasa presencia de productos químicos.

En este sentido, también se puede decir que ofrecer productos de la tierra es otra forma de conocer el entorno, pues muchos de los que son utilizados en cocina tienen mucha historia y nos pueden dar pinceladas de cómo es el lugar en el que estamos comiendo.

La multisensorialidad marca la diferencia

Este concepto está estrechamente ligado al papel fundamental que ejercen los sentidos, y es que la multisensorialidad es la encargada de influir directa o indirectamente sobre el estado de ánimo de la persona que está disfrutando de una agradable velada. Ésta se encarga de activar áreas cerebrales específicas relacionadas con las emociones primarias y con la evocación de recuerdos.

Es sumamente importante incidir en esta última cuestión, puesto que muchas veces la comida es la encargada de hacernos recordar situaciones concretas de nuestras vidas. Por ejemplo, ¿quién no recuerda lo que comió en una cena especial con su pareja o qué plato es el que hace más feliz a su madre?¿Quién no ha degustado un postre y ha vuelto a su infancia?