¿En qué consiste la cocina minimalista?

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El Minimalismo es una tendencia artística que surgió en los años 60 del siglo XX y, en cuanto a la cocina minimalista y al arte culinario (considerado como el octavo arte), la primera aproximación la encontramos en la Nouvelle cuisine francesa, y la más antigua en la gastronomía japonesa y china.

En el Minimalismo se utilizan elementos mínimos y básicos como son los colores puros, las formas geométricas simples o los tejidos naturales. En este sentido, en este tipo de gastronomía los platos y preparaciones abandonan el elemental sentido de alimento para brindar sensaciones visuales y hacer de ese sencillo alimento un placer con un mínimo de ingredientes.

Ha sido ya en el siglo XXI cuando la cocina minimalista le aporta al comensal (además de una equilibrada combinación de aromas y sabores), un impacto visual como el que provoca el observar una afamada pintura.

Una de las principales ventajas de la gastronomía minimalista es que permite experimentar la opción de probar muchos sabores en el mismo plato, algo que no permiten otro tipo de cocinas. Al final, el criterio del chef será el que influya al ofrecerle (o no) al comensal un alimento que le sorprenda, pero que también le satisfaga en el momento de consumirlo.

Quizás uno de los puntos negativos que tiene este tipo de cocina vanguardista es el hecho de que, si a una persona le encanta el plato que está degustando, no tiene la posibilidad de comerlo en abundancia. 

En resumen, hablamos de un tipo de gastronomía que pone el foco en los sabores y las sensaciones que produce un determinado alimento, y no tanto en la labor de saciar el apetito de forma copiosa.

¿Qué es la gastronomía deconstructivista?

Se considera a Ferran Adriá como el principal propulsor de la concepción filosófica y artística del término deconstrucción. Para él deconstruir es utilizar y respetar armonías conocidas que luego serán transformadas a través del juego de texturas.

A mayor detalle se puede decir que este tipo de cocina, que se encuentra dentro de la cocina deconstructivista, consiste en utilizar y respetar armonías ya conocidas, transformando sus texturas, formas y temperaturas de los ingredientes. Un plato deconstructivo conserva la esencia de cada uno de los productos de los que se comenta e incluso incrementa la intensidad de su sabor, pero con una presentación que se caracteriza por ser diferente, rompedora y, sobre todo, novedosa.

El resultado que se pretende lograr tras todo este proceso es que el comensal relacione el sabor del plato que está probando con la receta clásica, a pesar de no haberlo reconocido a simple vista.

Entre los ingredientes más utilizados en este tipo de cocina destacan: el arroz integral, el mijo, el sarraceno, el trigo, el centeno, la avena, la cebada, las verduras, las cebollas, las zanahorias, las algas, las legumbres, los azukis, las lentejas, los rábanos y el té.

¿Cómo es la arquitectura de los platos minimalistas?

El aspecto principal de este tipo de platos es, sobre todo, la forma que cada montaje adquiere con la suma de cada alimento. De esta forma, no solo entra a jugar el olor, el sabor o la textura, sino que también son relevantes el tamaño, los colores y la ubicación que tiene el alimento en el plato. Los tres principios relevantes cuando hablamos de minimalismo son:

1. La geometría elemental rectilínea

  • Precisión en los acabados. 
  • Reducción y síntesis. 
  • Sencillez.
  • Concentración.
  • Protagonismo de las fachadas. 

2. Abstracción

  • Economía de lenguaje y medios.
  • Producción y estandarización industrial. 
  • Uso literal de los materiales. 
  • Austeridad con ausencia de ornamentos. 

3. Orden

¿Cómo se emplata en la cocina minimalista?

Esta parte es la más importante, ya que el emplatado es lo primero que formará la opinión de los comensales a la hora de consumir el alimento. En este sentido, cabe resaltar el hecho de que el proceso de armado debe realizarse con mucho cuidado.

El plato presentado debe ser armónico y estar equilibrado en todas sus partes. Asimismo, la simetría se consigue combinando los ingredientes, la textura o el color. Es indispensable conseguir que el conjunto de preparaciones que componen el plato se combine entre sí; es decir, que ninguna presentación estorbe o reste al resto de componentes.

Otra cuestión importante a tener en cuenta es que, a pesar de ser una creación minimalista, hay que evitar que existan espacios blancos que puedan crear distracción. No hay que dejar de pensar que hablamos de alimentos que actúan como lienzos que buscan captar la atención del comensal y que se fije en todos los detalles que componen la creación gastronómica.